Probamos el SEAT Toledo 1.6 TDI de 105 CV con acabado Style, un coche entre la apariencia de un low cost y un equipamiento y precio de un nivel superior.
Teníamos ganas de probar el nuevo Toledo, un coche del que habíamos oído casi de todo, tanto bueno como malo y queríamos comprobar por nosotros mismos si lo que nos decían tenía fundamento. La verdad es que es un coche que tiene aspectos muy buenos y otros no tanto. Quizás los más negativos, que no son muchos, tienen que ver con la unidad concreta con la que hemos realizado la prueba. O más concretamente con la versión y todo el equipamiento que puede llevar, que elevan su precio a poco más de 23.000 euros, un precio que se nos antoja un poco alto, ya que le hace competir con berlinas con argumentos muy serios con las que no está previsto que tenga que competir, al menos por prestaciones, equipamiento y calidad.
El Toledo es un coche bien fabricado y de acabados, usando un pequeño eufemismo, un poco espartanos. No queremos decir malos, sosos, ni típicamente alemanes, queremos decir espartanos. No es el lujo por el detalle ni el acabado lujoso lo que impera en el Toledo. Pero no nos equivoquemos, no es un coche mal fabricado ni de aspecto pobre. Está muy bien fabricado, con ajustes que ya quisieran coches más caros. Nos referimos a los materiales, que podrían ser un poco menos sosos. Y eso que nuestra unidad tenía un acertado interior en dos colores, comúnmente conocido como “bitono”, con detalles de plástico simulando cromados en el interior.
El Toledo tiene unas dimensiones contenidas, con 4.482 mm de largo, 1.706 mm de ancho y 1.461 mm de alto. El peso de la unidad probada es de 1.254 kg. La ergonomía está bastante cuidada en este Toledo. El puesto de conducción es cómodo y tiene suficientes reglajes para que las personas de casi cualquier talla se puedan encontrar a gusto al volante. El espacio disponible en las plazas traseras es sorprendente. Mucho espacio disponible, sobre todo en longitud y en casi cualquier cota si tenemos en cuenta las dimensiones exteriores que tiene el Toledo. Una demostración de que cuando los ingenieros se ponen a ello, sacan el espacio de casi donde sea.
El maletero es enorme y de formas muy regulares. Tiene 550 litros de capacidad, que es mucho teniendo en cuenta el tamaño del vehículo. Tenemos ganchos para poder poner una red para sujetar la carga. La parte inferior del maletero, que esta cubierto por un falso suelo, oculta la rueda de repuesto de formato temporal, las herramientas y un hueco compartimentado. Por encima de este nivel tenemos la parte más vistosa del maletero que está guarnecido por completo con moqueta. El acceso al maletero es muy cómodo gracias a que el Toledo tiene portón, lo que permite cargarlo con mayor comodidad. Si queremos podemos aumentar la carga abatiendo los respaldos traseros en formato 60:40, quedando completamente enrasado con el piso del maletero. Entonces llegaremos a los 1.490 litros de capacidad, una cifra muy buena.
El acceso a las plazas delanteras es cómodo, con un buen ángulo de apertura de puertas. Los asientos son sencillos y dan un agarre lateral limitado. Son básicamente unos asientos pensados para buscar el confort. El mullido nos parece perfecto que no es ni muy duro ni muy blando. El tapizado en dos colores es confortable y con un tacto agradable, con un hilado que deja transpirar bien y que tiene aspecto de ser suficientemente fresco en verano. Aunque esto es una sensación fruto de la experiencia con tejidos similares probados en la época más calurosa del año. Así que os tenéis que fiar de nosotros. Tampoco es fácil de limpiar cuando caen productos típicos de los ocupantes de las plazas traseras, como chocolate o de similares texturas. Recordemos que es un coche familiar, donde estas cosas pueden pasar más a menudo de lo deseable.
Las plazas traseras son correctas, con un buen acceso y buen ángulo de apertura de puertas, las plazas son cómodas para dos adultos o para tres niños que no necesiten sistemas de retención infantil. En el caso de necesitarlas, no van a caber juntas más de dos sillas hasta el grupo I. En las plazas traseras laterales tenemos anclajes isofix normalizados. Hay diversos huecos repartidos por el habitáculo, pero no demasiados. En las puertas hay bolsas rígidas en las puertas delanteras y traseras, mas pequeñas en estas últimas. El respaldo de la plaza central se abate y se convierte en reposabrazos para las plazas laterales traseras con dos posavasos, pero también es un hueco directo al maletero, para poder llevar objetos largos. En la consola tenemos varios huecos abiertos, dos posavasos y un hueco para dejar objetos sueltos. Entre el mando del cambio y el freno de mano hay un hueco alargado. Además, cuenta con un reposabrazos delantero que tiene un hueco con tapa.
El interior esta lleno de plásticos duros por todas partes, siendo los de la parte superior del salpicadero, consola y parte superior del guarnecido de las puertas los de mejor apariencia. En las partes inferiores del interior quedan los plásticos de acabado menos vistosos, sobre todo los que están en la parte trasera y cerca de los pies de los ocupantes de esas plazas. Todas las piezas tienen unos ajustes correctos, no lujosos pero si correctos donde las piezas están ajustadas y enrasadas como tienen que estar y lo mejor, con ausencia de ruidos parásitos, porque aún circulando por pavimento bacheado y la suspensión tan peculiar, tirando a secar, no aparecía ningún ruido extraño en el interior.
Este coche tiene una pobre insonorización del motor, al ralentí se oye con claridad y se hace más evidente cuando le aceleramos con decisión. Tenemos ganas de probar el 1.2 TSI, un motor muy silencioso y con un muy buen rendimiento que seguro le da un plus de comodidad al Toledo. El ruido aerodinámico se nota, pero menos que el mecánico. Llega al interior poco ruido de rodadura a pesar del tamaño de los neumáticos que monta esta unidad, unos neumáticos Dunlop Sport Maxx de medidas 215/45R16 que han dado un gran resultado, con un agarre espectacular en seco y en mojado.
Una de las pocas cosas blandas que se pueden tocar en el coche es el volante, forrado en cuero perforado y de grosor fino, con un diámetro pequeño y mandos para la radio, ordenador de bordo y ajustes varios. Tiene ajuste tanto vertical como horizontal. Tuve que realizar bastantes ajustes para sentirme cómodo al volante, porque si quería tener las piernas descansadas sobre el asiento con las piernas un poco estiradas el volante me quedaba un poco lejos. Al ajustármelo perfectamente, lo que quedaba lejos era el salpicadero. La solución fue tener las piernas más encogidas, pero acabé sintiéndome muy a gusto. El cuadro de mandos tiene testigos abundantes.
La pantalla central del ordenador de bordo puede tener mucha información representada al mismo tiempo. El mando del regulador y limitador de velocidad es muy poco intuitivo y además esta escondido detrás del volante. Está tan cerca del mando de las luces de carretera y de los intermitentes que se nos ha dado el caso de regalar unas preciosas ráfagas el resto de conductores cuando intentábamos poner el regulador de velocidad. No nos ha gustado que no podamos subir las ventanillas traseras, que eran eléctricas, desde el mando agrupado del conductor. No entendemos la decisión de prescindir de esa función.
El climatizador funciona perfectamente y regula la temperatura de forma rápida y satisfactoria. Los mandos que regulan la temperatura son correctos y sencillos. El navegador es muy sencillo, con una resolución correcta y cuenta con una pantalla de 6,5 pulgadas táctil, aunque cuenta con botones físicos para las funciones mas importantes. El sistema de sonido da una calidad buena y es potente. Lleva procesador digital DSP. Tiene posibilidad de poder usar fuentes de sonido externas mediante conexión en la consola con conectores AUX y USB para reproductores MP3 o un iPod/iPhone. El perfil de Bluetooth, a parte de tener perfil manos libres, tiene capacidad de streaming audio A2DP.
El motor 1.6 TDI es de lo más moderno que podemos encontrar en el catálogo diésel de SEAT. Tiene una potencia máxima de 105 CV a 4.400 rpm, con un par motor máximo de 250 Nm entre 1.500 rpm a 2.500 rpm. Tiene un rendimiento espectacular, porque mueve con mucha suficiencia e incluso con rapidez al Toledo. Rinde espectacularmente bien entre las 1.500 rpm y las 4.400 rpm, más allá ya no hay mucho más, así que ponerlo más arriba no tiene mucho sentido a no ser que queramos hacer mucho ruido. Es un poco perezoso al arrancar, y creemos que era un problema de nuestra unidad que tenía un tacto del embrague malo, con muy poco recorrido. El buen rendimiento del motor nos facilita mucho la circulación urbana, que se hace incluso agradable. El motor está asociado a una caja de cambios de 5 velocidades que tiene un funcionamiento perfecto.
En cuento al consumo, hemos realizado recorridos por todo tipo de vías. Urbanas, interurbanas, autovías y carreteras de montaña. Y tengo que decir que es un coche con un consumo muy contenido. Pidiendo el máximo rendimiento al motor no hemos superado nunca los 6,0 litros en consumo mixto. El consumo mixto de toda la prueba ha sido de 5,6 litros, pero he de decir que circulando en autovía a velocidades legales no superamos los 5,0 litros bajo ninguna circunstancia. Es un dato muy bueno.
La amortiguación es un poco seca en compresión, sobre todo en el eje trasero, lo que hace que el coche tenga movimiento de cabeceo y balanceo bastante contenidos. Pero es confortable porque no tiene rebotes parásitos y los rebotes llegan al habitáculo muy atenuados. Dinámicamente, es un coche muy satisfactorio en conducción normal. Sigue perfectamente la trayectoria que le marquemos y no tiene reacciones extrañas. En conducción un poco más exigente, tiene una clara tendencia a irse de morro cuando cerramos la curva más de la cuenta. El ESP es bastante intrusivo, de hecho, a nosotros nos dejo clavado probando en una curva de una carretera de montaña. Esta bien, porque es efectivo y cumple perfectamente con su cometido, pero si no te lo esperas o no sabes como reacciona el ESP, te llevas un buen susto.
El tacto de la dirección me ha gustado mucho, está asistida a la perfección. Ni muy blanda ni excesivamente suave. Comunica bastante bien lo que pasa en las ruedas delanteras. Los mandos y pedales de control tienen buen tacto en general, salvo el freno, con mucho recorrido y un tacto esponjoso que dificulta la dosificación de la frenada. Hay que pisar bien y fuerte para frenar mucho, se nota que lleva tambores en el eje trasero. En una frenada fuerte el ABS salta con excesiva prontitud para nuestro gusto.
El Toledo nace para ser una berlina ajustada a los tiempos que corren donde hay que buscar vehículos más sensatos para movernos con o sin la familia. Este coche tiene esa sensatez en sus versiones más baratas y accesibles donde tiene argumentos para ser una seria opción de compra para familias que necesiten un coche amplio y práctico pero que no buscan potencia a raudales ni gastar un dineral. Es amplio, está bien hecho y suficientemente equipado, con un tacto bueno y un motor sorprendente. Pero las versiones más caras, como la que hemos probado, se meten por precio en un segmento donde hay muchas y variadas alternativas.
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